domingo, 6 de marzo de 2011

CONTRA EL ACOSO: SENSIBILIDAD Y SOLIDARIDAD

CARTA A LA GUARDIA CIVIL DE MARINA AGUILERA


Nerja, 17 de enero de 2011


Estimado señor:

Me ha parecido muy bien de vuestra parte, me ha gustado mucho y estuvo muy interesante y me ha ayudado mucho y el vídeo también, salió muy bien.

Por otro lado, no me gustó porque salían niños peleándose.

Si a alguna amiga mía le pasara, yo no me quedaría mirando, la ayudaría y la separaría y si me pegasen, me daría igual, porque prefiero que me peguen a mí antes que a ella.

Hoy dos niños se estaban peleando en el recreo y todos los niños han ido a cotillear y yo me he quedado sola porque no he ido.

El maestro de Educación Física estaba haciendo un esfuerzo por separarlos, al final pudo lograr que no siguieran peleándose. El maestro habló con esos dos alumnos y el problema se solucionó.

Un saludo cordial,

Marina Aguilera.

Transcripción de Hadley Mowcoomber.

¿ANÉCDOTA O LEYENDA?

ANÉCDOTA DE JOSÉ MIGUEL MONTILLA

Era un día normal como otro cualquiera, pero para mí y mis amigos del fútbol no. Era el Torneo David Bautista y lo íbamos a pelear para el triunfo. Era de ocho equipos: Rincón de la Victoria, Vélez, Tiropichón, Malaka, Torre del Mar, Fuengirola, Mortadelo y nosotros, el Nerja.

Nosotros, el Nerja, ya estábamos en los vestuarios y calentando desde las 7 de la mañana.

Los encuentros eran: Nerja-Vélez, Malaka-Rincón, Fuengirola-Mortadelo y Tiropichón-Torre del Mar.

Nosotros ganamos al Vélez, Malaka y Mortadelo. En la final nos esperaba el TORRE DEL MAR.

El partido era a las 4 de la tarde. El entrenador nos dijo: “Idos a comer y a las 2:45 veníos aquí”.

Empezó el partido estábamos dominando y yo, el centrocampista, jugaba muy bien.

Pero un error nos costó un gol. “Da igual no pasa nada”.

Casi al final de la primera parte me llegó un balón y le pegué desde 45 metros, era imparable: un golazo. En el descanso nos dieron las instrucciones necesarias para ganar.

Empezamos muy bien, pero no metíamos un gol, faltaban dos minutos y dije a mi portero: “Dámela a mí”. Me paré un instante y empecé a correr, me iba de uno, de dos, de tres, hasta de diez jugadores, me enfrenté con el portero, lo regateé y metí el gol. Me quité la camiseta y lo celebré con todos mis compañeros. El árbitro pitó el final: ¡ÉRAMOS CAMPEONES!

En la entrega de premios me dieron el de mejor jugador y al mejor gol y levantamos todos juntos la copa.

Transcripción del mismo autor.